domingo, julio 29, 2007

CANTO MANTRICO...

CANTO MANTRICO : Entonces es necesario que el estudiante aprenda a defenderse de esos ataques nocturnos. Al efecto, el Ángel Aroch nos reveló un Canto Mántrico para la defensa personal en contra de los Tenebrosos. Ese canto se entona antes de dormir: Belilín... Belilín... Belilín... Anfora de salvación, Quisiera estar junto a Tí; El materialismo no tiene fuerza junto a mí. Belilín... Belilín... Belilín... Estos Mantrams se deben cantar poniendo todo nuestro amor y sentimiento. Así nos defendemos de los Tenebrosos.
INVOCACION DE SALOMON: ¡Potencias del reino, colocáos bajo mi pie izquierdo y en mi mano derecha! ¡Gloria y eternidad, tocad mis hombros y llevadme por las vías de la victoria! ¡Misericordia y Justicia, sed el equilibrio y el esplendor de mi vida! ¡Inteligencia y sabiduría dadme la corona! ¡Espíritus de Malchut, conducidme entre las dos columnas sobre las cuales se apoya todo el edificio del Templo! ¡Ángeles de Netzach y de Hod, afirmarme sobre la piedra cúbica de Jesod! ¡Oh Gedurael! ¡Oh Geburael! ¡Oh Tipheret! ¡Binael sé mi Amor! ¡Ruach Hochmael, sé mi luz! ¡Sé lo que tu eres y lo que tu serás, oh Ketheriel! ¡Cherubím, sed mi fuerza en nombre de Adonaí! ¡Beni-Elohim, sed mis hermanos en nombre del Hijo y por las virtudes de Sabaoth! ¡Elohim combatid por mi en nombre del Tetragrammaton! ¡Malachím, protegedme en nombre de Iod-He-Vau-He! ¡Seraphim, depurad mi amor en nombre de Eloah! ¡Hasmalim, iluminadme con los esplendores de Elohim y de Schechinah! ¡Aralim, obrad! ¡Ophaním, girad y resplandeced! ¡Hajoth, ha Kadosh, gritad, hablad, rugid, mugid! ¡Kadosh, Kadosh, Kadosh! ¡Shaddaí, Adonaí, Jotchavah, Eieazereie! ¡Aleluyah, Aleluyah, Aleluyah! ¡Amén, Amén, Amén! CONJURACION DE LOS SIETE DEL SABIO SALOMON: ¡En nombre de Michael, que Jehovah te mande y te aleje de aquí, Chavajoth! ¡En nombre de Gabriel, que Adonaí te mande y te aleje de aquí, Bael! ¡En nombre de Raphael, desaparece ante Elial, Samgabiel! ¡Por Samael Sabaoth y en nombre de Elohim Gibor, aléjate Andrameleck! ¡Por Zachariel y Sachel-Meleck, obedece ante Elvah, Sanagabril! En el nombre divino y humano de Schaddai, Por el signo del Pentagrama que tengo en la mano derecha, En nombre del Ángel Anael, Por el poder de Adán y de Eva, que son Jotchavah, ¡Retírate Lilith!, déjanos en paz, Nahemah! Por los santos Elohim y en nombre de los genios: Cashiel, Sehaltiel, Aphiel y Zarahiel, Al mandato de Orifiel, ¡retírate Moloch! ¡Nosotros no te daremos a nuestros hijos para que los devores! ¡Amén, Amén, Amén! Además, es indispensable colocar sal y alcohol en un plato. Pero esa sal debe ser preparada previamente con el siguiente exorcismo: EXORCISMO DE LA SAL In isto sale sapientia, et ab omni corruptione servet mentes nostras et corpora nostra, per Hokhmael et in virtute Ruakh Hokhmael, recendat ab isto fantasmata hylae, ut sit sal coelestis, sal terrae et terra salis, ut nutrientur bos triturans et addat spei nostrae cornua tauri volantis. Amén. A continuación se aplica fuego al alcohol para que arda con la sal. Es en ese preciso instante en que orará la Invocación de Salomón. HABA DE SAN IGNACIO Y "AGUA AMARILLA" Pero en casos muy graves y desesperados, se purgará al enfermo administrándole, en ayunas, el haba de San Ignacio. Es una almendra muy drástica. La víctima de los Magos Negros arrojará del estómago las substancias malignas. También en estos casos. se puede hacer una limpieza de estómago con la llamada "Agua Amarilla" . Esta agua se prepara de la siguiente manera: Llénese con agua una botella amarilla de a litro, o varias botellas. Agréguese al agua un gramo de anilina vegetal amarilla, en cada botella. (Esta anilina es la utilizada para teñir dulces y el azúcar del pan del Día de Todos los Santos. No se confundan con la anilina mineral). Tápense las botellas dos horas bajo los rayos del sol. Después hágase ingerir de esta Agua Amarilla al enfermo dañado con substancias malignas: un vaso cada hora. Sosténgase el tratamiento en forma constante y por un tiempo más o menos largo. CONJURACION DE LOS CUATRO: ¡Caput mortum, imperet tibi dominus per vivum et devotum serpentem! ¡Cherub, imperet tibi dominus per Adám Jotchavah! ¡Aquila errans, imperet tibi dominus per alas tauri! ¡Serpens, imperet tibi dominus Tetragrammaton, per angelum et leonem! ¡Michael, Gabriel, Raphael, Anael! ¡Fluat udor per Spiritum Elohim! ¡Maneat terra per Adam Jotchavah! ¡Fiat judicium per ignem in virtute Michael! ¡Ángel de ojos muertos, obedece o disípate con esta agua santa! ¡Toro Alado, trabaja o vuelve a la tierra, si no quieres que te aguijonee con esta espada! ¡Aguila Encadenada, obedece ante este signo, o retírate con este soplo! ¡Serpiente Movible, arrástrate a mis pies, o serás atormentada por el Fuego Sagrado y evapórate con los perfumes que yo quemo! ¡Que el agua vuelva al agua! ¡Que el fuego arda! ¡Que el aire circule! ¡Que la tierra caiga sobre la tierra!, Por la virtud del Pentagrama, que es la Estrella Matutina, y en el Nombre del Tetragrammaton que está escrito en el centro de la cruz de luz! ¡Amén, Amén, Amén! EL ELEMENTAL DEL MAGUEY: El estudiante se trasladará a las afueras de la ciudad o población donde radique. Buscará en el campo un maguey. Con un palito, hará un circulo en el suelo, de derecha a izquierda, alrededor del maguey. Las dimensiones del círculo serán de unas ocho cuartas de la mano alrededor de la planta. Se bendecirá el maguey, y se rogará al "Elemental" de esa planta, que se transporte a donde se encuentre el enemigo cuya acción se trata de contrarrestar, y que le desintegre sus malos pensamientos. Luego, con un cuchillo córtese un pedazo de la hoja del maguey. Se tomará esta porción entre las dos manos. Y, con imperiosa voluntad, ordénese al "Elemental" del maguey obediencia suprema. Y se le ordenará que de inmediato se traslade junto al enemigo, y que permanezca junto a él desintegrándole sus malos pensamientos. Al mismo tiempo se pronunciarán MANTRAMS: Los Mantrams que se pronunciarán en los momentos de practicar todo este Ritual, son estos: LIBIB LENONINAS LENONON : Se da a cada letra una resonancia acampanada. El resultado será sorprendente. Así el elemental aludido desintegrará los pensamientos mal intencionados y los sentimientos de odio del enemigo, y entonces éste se convertirá en amigo. Pero lo fundamental en estas prácticas, es llegar a amar verdaderamente y de todo corazón, al que se declara enemigo. También puede defenderse de sus enemigos, en casos apremiantes y graves, con éstos otros Mantrams: KLIM, KRISHNAYA, GOBINDAYA, GOPIJANA, VALLABHAYA, SWAHA.
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

jueves, julio 26, 2007

Las Dos Escuelas: " HINAYANA-MAHAYANA "...

El Misterio del Aureo Florecer
Capítulo 29
Las Dos Escuelas :
La realidad (Li en chino) puede verse de manera repentina, pero la Materia (Shih en chino) debe cultivarse en forma progresiva y ordenada. En otras palabras, tras haber llegado al éxtasis, hay que cultivarlo hasta su completo desarrollo y madurez. Así, el trabajo esotérico consiste en dos aspectos principales, la visión y la acción. Para tener una visión hay que subir hasta lo más alto de la montaña y mirar desde allí; para iniciar el viaje hay que descender hasta el fondo del abismo y empezar a caminar desde allí. Aunque el templo Zen, que es una forma maravillosa del Budhismo Mahayana, esté sostenido por los dos pilares de la "Visión" y la "Acción", es ostensible que pone muy especial énfasis en el primero. Esto está reconocido claramente por el Guruji, I Shan, quien dijo: "Tu Visión y no tu Acción es lo que me importa". Es por esto que los Maestros Zen ponen todo el énfasis en el Extasis, en el Samadhí, en el Satori, y concentran todos sus esfuerzos en llevar directamente a sus discípulos o chelas hacia él. La escuela tibetana Hinayana es diferente y aunque sus dos columnas torales son también la "Visión" y la "Acción", es incuestionable que pone especial solemnidad en lo segundo y lucha incansablemente por llevar a sus devotos a la Novena Esfera (el Sexo). No está de más en este capítulo afirmar que los aspirantes de la escuela Mahayana anhelan de verdad y con ansia infinita la experiencia directa del Vacío Iluminador. De ninguna manera exageramos conceptos si afirmamos con cierta vehemencia que los discípulos de la escuela Hinayana trabajan tenazmente en la Forja de los Cíclopes (el Sexo), con el propósito inteligente de lograr la Auto-Realización Intima del Vacío Iluminador. Cuando la mente está quieta, cuando la mente está en silencio, por dentro y por fuera y en el centro, adviene la Experiencia Mística del Vacío; empero, es obvio que Auto-Realizarlo es algo muy diferente. El Vacío no es muy fácil de explicar. Ciertamente os digo que no es definible o descriptible. El lenguaje de estos humanoides que pueblan la faz de la Tierra, ha sido creado para designar cosas y sentimientos existentes; no es adecuado para expresar aquello que está más allá del Cuerpo, de los Afectos y de la Mente. El Vacío Iluminador no es asunto de conocer o no conocer, experimentarlo directamente es lo indicado. "Visión" y "Acción" se complementan mutuamente. Las dos escuelas citadas resultan indispensables. Ver con lucidez infinita solo es posible en ausencia del Ego, del Mí mismo, del Sí mismo, disolverlo es urgente. Acción Consciente es el resultado del trabajo progresivo en la Forja de los Cíclopes (el Sexo). La "Flor Aurea" establece el equilibrio armónico perfecto entre la "Visión" y la "Acción". El "Embrión Aureo", la "Sublime Flor", es el basamento extraordinario del Buda Intimo. Arcaicas tradiciones milenarias dicen que existen dos clases de Budas: a) Budas Transitorios.b) Budas Permanentes. Es ostensible que los primeros se encuentran en tránsito, de esfera en esfera, luchando por realizar en sí mismos el Vacío Iluminador. Es incuestionable que los segundos son los Budas de Contemplación; aquellos que ya realizaron dentro de sí mismos el Vacío Iluminador. En el estudio esotérico del Zen (forma maravillosa de la escuela Mahayana) existen dos términos chinos muy interesantes: "Chien" y "Hsing". Utilizado como verbo, Chien significa ver, o mirar; utilizado como sustantivo significa la Vista, el Entendimiento, o la Observación. Hsing significa la Práctica, la Acción, el Trabajo Esotérico. También puede usarse como verbo o sustantivo. "Chien", en su sentido más íntimo, significa todo el entendimiento místico de la enseñanza budhista; pero, en el Zen, no solo denota el entendimiento claro y evidente de los Principios y de la Verdad-Prajna, sino que también implica la Visión Despierta que surge de la Experiencia "Wu" (Satori, Extasis, Samadhí). "Chien" en este sentido trascendental y divinal, puede entenderse como realidad vista o una visión de la realidad. Aunque esto signifique ver la Realidad, no implica la posesión o el dominio de la misma. "Hsing", el trabajo fecundo y creador en la Fragua Encendida de Vulcano, es fundamental cuando se quiere la posesión y el dominio de lo Real.
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

BUDHISMO "ZEN"...

El Misterio del Aureo Florecer Capítulo 28 Budhismo Zen ¿Por qué la última Verdad-Prajna que el Budhismo Zen quiere indicar es tan indefinible, abstracta e inasible?Definir significa realmente poner límites intelectivos a, o declarar el sentido de una cosa determinada. Asir, en sentido empleado aquí, significa comprender algo y retenerlo en la memoria. Como el mismo acto de definir consiste obviamente en encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede necesariamente no ser finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; así mismo, como Comprender significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser igualmente limitativo y exclusivo. La última Verdad-Prajna que la escuela Zen quiere indicar no puede ser en ningún modo algo angosto, finito o exclusivo; debe ser algo vasto, universal e infinito, algo que todo lo incluye y alcanza, algo más allá de la definición y de la designación. La misma palabra "definir" sugiere ostensiblemente un dedo humano que señala a un objeto determinado, y la palabra "Asir" una mano que retiene algo y no suelta. Dada esta lamentable limitación y este aferramiento, profundamente ahincado en el racionalismo del animal intelectual equivocadamente llamado hombre, no es en modo alguno sorprendente que la libre y omni-incluyente verdad-prajna se torne realmente en algo evasivo que siempre está eludiendo misteriosamente a todo pensador. Iluminación. Esta palabra grandiosa en esencia y en potencia, se usa en este capítulo para indicar enfáticamente la experiencia mística trascendental que consiste en experimentar el Tao, la Verdad Zen, lo Real. No es suficiente comprender algo, necesitamos captar, aprehender, capturar, su íntima significación. El sexto patriarca preguntó al Bodhidharma: -"¿Cómo es posible alcanzar el Tao?". El Bodhidharma respondió: -"Exteriormente, toda actividad cesa; interiormente, la Mente deja de agitarse. Cuando la Mente se ha convertido en un muro, entonces adviene el Tao". Es urgente saber que el Zen japonés, es el mismo Dhyana indostánico, el Jhana Pali, el "Ch'an na" chino: una forma extraordinaria del Budhismo Mahayana. Es incuestionable que los estudios y prácticas Zen nos permiten captar el íntimo significado de las Enseñanzas Budhistas preconizadas por la escuela Mahayana, antítesis maravillosas y complemento a la vez de la Escuela de Auto-Realización Intima Hinayana. El Vacío Iluminador resulta imposible de describir con humanas palabras. No es definible o descriptible. Como ha dicho el Maestro Zen Huai Jang: "Cualquier cosa que diga fallará en el punto principal". La enseñanza budhista sobre el Vacío es comprensiva y profunda, y requiere mucho estudio antes de ser entendida. Solo en ausencia del Ego podemos experimentar en forma directa el Vacío Iluminador. Endiosar a la Mente es un absurdo porque ésta en sí misma es tan solo un calabozo fatal para la Conciencia. Afirmar que la Mente es el Buda decir que es el Tao, resulta disparatado porque el intelecto es tan sólo una jaula para la Conciencia. La mística experiencia del Vacío Iluminador se realiza siempre fuera del terreno intelectual. La iluminación budhista nunca se consigue desarrollando la fuerza mental, ni endiosando la razón; por el contrario, se logra desatando cualquier vínculo que nos ate a la mente. Solo liberándonos del calabozo intelectual podremos vivenciar la dicha del Vacío Iluminador, libre y enteramente insubstancial. El Vacío es sencillamente un término budhista claro y preciso que denota la naturaleza no substancial y no personal de los seres, y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y libertad fuera del tiempo y más allá de la Mente. Bebed el Vino de la Meditación en la Copa deliciosa de la Perfecta Concentración.
VENERABLE MAESTR OSAMAEL AUN WEOR...

LA ESCUELA " HINAYANA"...

El Misterio del Aureo Florecer Capítulo 27 La Escuela Hinayana La conquista del Ultra-Mare-Vitae o Mundo Super-Liminal y Ultra-Terrestre, sería algo más que imposible si cometiésemos el error de subestimar a la mujer. El verbo delicioso de Isis surge de entre el seno profundo de todas las edades aguardando el instante de ser realizado. Las palabras inefables de la Diosa Neith han sido esculpidas con letras de oro en los muros resplandecientes del Templo de la Sabiduría: "Yo soy la que ha sido, es y será, y ningún mortal ha levantado mi velo". La primitiva religión de Jano o Jaino, es decir, la Aurea Solar, Quiritaria y Superhumana doctrina de los Jinas, es absolutamente sexual, tú lo sabes. Escrito está con carbones encendidos en el Libro de la Vida, que durante la Edad de Oro del Lacio y de la Liguria, el Rey Divino Jano o Saturno (I.A.O., Baco, Jehová, Iod-Heve), imperó sabiamente sobre aquellas santas gentes, tribus arias todas, aunque de muy diversas épocas y orígenes. Entonces ¡Oh, Dios mío!... como en épocas semejantes de otros pueblos de la antigua Arcadia, podía decirse que convivían felices Jinas y hombres. Dentro del inefable idilio místico comúnmente llamado "Los Encantos del Viernes Santo", sentimos en el fondo de nuestro corazón que en los órganos sexuales existe una fuerza terriblemente divina que lo mismo puede liberar que esclavizar al hombre. La energía sexual contiene en sí misma el arquetipo viviente del auténtico Hombre Solar, que debe tomar forma dentro de nosotros mismos. Muchas almas sufrientes quisieran ingresar en el Monsalvat Trascendente, más desgraciadamente esto es algo más que imposible debido al Velo de Isis, o Velo Sexual Adámico. Entre la bienaventuranza inefable de los paraísos Jinas, existe ciertamente una humanidad divina que es invisible a los sentidos de los mortales debido a sus pecados y limitaciones, nacidas del abuso sexual. Escrito está y con caracteres de fuego en el Gran Libro de la Vida, que en la Cruz Jaina o Jina se esconde milagrosamente el secreto indecible del Gran Arcano, la clave maravillosa de la Transmutación Sexual. No es difícil comprender que tal Cruz Mágica es la misma Svástica de los grandes misterios. Entre el éxtasis delicioso del Alma que anhela podemos y hasta debemos ponernos en contacto místico con Jano, el austero y sublime hierofante Jina que en el viejo continente Mu enseñara la Ciencia de los Jinas. En el Tíbet secreto existen dos escuelas que se combaten mutuamente: quiero referirme claramente a las instituciones Mahayana y Hinayana. En nuestro próximo capítulo hablaremos sobre la primera de estas dos instituciones; ahora sólo nos preocuparemos por la escuela Hinayana. Es ostensible que el Camino Hinayana resulta en el fondo profundamente búdhico y crístico. En este misterioso camino encontramos con asombroso místico a los fieles custodios del Santo Grial, o de la Piedra iniciática, es decir, de la Suprema Religión Síntesis, que fue la primitiva de la humanidad: la Doctrina de la Magia Sexual. Jana, Swana o Jaina, es pues la doctrina de ese viejo Dios de la lucha y de la acción, llamado Jano, el Señor Divino de dos caras, transposición andrógina del Hermes egipcio y de muchos otros dioses de los panteones mayas-quiches y aztecas, cuyas imponentes y majestuosas esculturas cinceladas en la roca viva aun se pueden ver en México. El mito greco-romano conserva todavía el recuerdo del destierro de Jano o Jainos a Italia, por haberle arrojado del cielo Cronos o Saturno, es decir, la recordación legendaria de su descenso a la Tierra como instructor y guía de la humanidad para dar a ésta la primitiva Religión Natural Jina o Jaina. Janna o Jaina es también obviamente la maravillosa doctrina chino-tibetana de Dan, Chhan Dzan, Shuan, Ioan, Huan o Dhyan-Choan, características de todas las escuelas esotéricas del mundo ario con raíces en la sumergida Atlántida. La Doctrina Secreta, la Doctrina Jaina primitiva, se fundamenta en la Piedra Filosofal, en el Sexo, en el Sahaja Maithuna. Doctrina gnóstica infinitamente superior, por más antigua al propio brahmanismo, la primitiva escuela Hinayana, la del estrecho sendero que conduce a la Luz. Doctrina de salvación realmente admirable, de la que en Asia Central y en China quedan muchísimos recuerdos, como quedan también en la masonería universal, donde aun encontramos, por ejemplo, la supervivencia de la simbólica cruz jaina o swástika (de Swan, el Hamsa, el Cisne, el Ave Fénix, la Paloma del Espíritu Santo o Paráclito, Alma del Templo del Grial, Nous o Espíritu que no es sino el Ser o Dhyani del hombre). Aun en estos tiempos modernos todavía podemos hallar rastros en Irlanda de esos 23 profetas dijnas o conquistadores de Almas que fueron enviados en todas las direcciones del mundo por el fundador del jainismo, el Rishi-Baja-Deva. En instantes en que escribo estas líneas vienen a mi memoria recuerdos trascendentales. En uno de tantos pasillos de un antiguo palacio, no importa la fecha, ni la hora, bebiendo agua con limón en copas deliciosas de fino bacará, junto con un grupo muy selecto de Elohim, dije: -Yo necesito descansar por un tiempo entre la felicidad; hace varios mahamvantaras estoy ayudando a la humanidad y ya estoy cansado". -"La mayor felicidad es tener a Dios adentro", contestó un arcángel muy amigo... Aquellas palabras me dejaron perplejo, confundido; pensé en el Nirvana, en el Maha-Paranirvana, etc. Habitando en regiones de tan intensiva felicidad, ¿podría acaso alguna criatura no ser feliz? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por no tener la Mónada dentro? Lleno pues de tantas dudas resolví consultar al viejo sabio Jano, el Dios viviente de la ciencia Jinas. Antes de entrar en su morada hice ante el Guardián un saludo secreto; avancé ante los vigilantes y les saludé con otro saludo y por último tuve la dicha de encontrarme frente al Dios Jano. -"Falta otro saludo", dijo el Venerable. -"No hay mejor saludo que el del corazón tranquilo". Así respondí a tiempo que devotamente ponía mis manos en el cardias. -"Está bien", dijo el Sabio. Cuando quise hacerle preguntas que disiparan mis consabidas dudas, el Anciano sin hablar ni una sola palabra depositó la respuesta en el fondo de mi Conciencia. Tal respuesta podemos resumirla así: "Aunque un hombre habitara en el Nirvana o en cualquier otra región de dichas infinitas, si no tiene a Dios adentro, no sería feliz". "Empero, si viviese en los mundos infiernos o en la cárcel más inmunda de la Tierra, teniendo a Dios adentro sería feliz". Concluiremos este capítulo diciendo: la Escuela Hinayana, con su esoterismo de fondo, nos conduce por la Vía Sexual hasta la encarnación del Verbo y la Liberación Final. Oremus...
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

LA ORDEN SAGRADA DEL TIBET...

CAPITULO :6
del libro: Mi Regreso al Tibet...
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...
Dijo PAPUS en su Tratado Elemental de Ciencia Oculta, que los verdaderos INICIADOS del oriente son los adscritos a los santuarios secretos del BRAHAMANISMO, pues son los únicos capaces de darnos la clave real del ARCANO A.Z.F., gracias al conocimiento de la lengua atlante primitiva, WATAN, raíz fundamental del sánscrito, el hebreo y el chino. La orden sagrada del Tíbet antiquísimo, es ciertamente la genuina depositaria del real tesoro del ARYABARTA. Dicen antiguas tradiciones arcaicas que se pierden en la noche aterradora de todas las edades, que esta veneranda institución se compone de 201 miembros; la plana mayor está formada por 72 Brahamanes. Escrito está en el fondo de los siglos y con caracteres de fuego, que BAGAVAN ACLAIVA, el gran MAHA-RISHI, es el regente secreto de la misteriosa orden. Mediante el Santo Ocho, signo sagrado del infinito, cualquier CHELA a condición de una conducta recta, puede ponerse en contacto directo con esta organización secreta. El Santo Ocho trazado horizontalmente, es fuera de toda duda, una viviente CLEPSIDRA. Si se considera íntimamente la extraordinaria formación de este maravilloso signo, resalta a todas luces la continuidad de un mismo trazo, que cierra un doble circuito en el primer rasgo, mientras en el segundo, sólo cierra uno, desviándose en el otro para proyectarse hacia afuera después de cortar el signo en el punto mismo de su cruzamiento central. Uno cierra y el otro abre. Es, pues, esta llave la requerida para abrir todas las puertas y cortar todas las corrientes formadas por la energía atómica, desde la que hemos imaginado y depositado en el fondo de la conciencia, hasta la originaria de todas, la cual circula en la misma forma, en el centro vital de la NOVENA ESFERA Ahora bien, salvar con estos recursos los riesgos propios de toda experiencia astral y obtener una salida AUTO-CONSCIENTE y rápida, es, entre otras, una razón más que suficiente para que la orden Sagrada del Tibet pueda enfatizar su lema: "NADA RESISTE A NUESTRO PODER". De acuerdo con la descripción anterior se insinúa el siguiente ejercicio:1. - Quietud y silencio mental.2. - Imaginar vivamente el Santo Ocho.3. - Meditar profundamente en la Orden Sagrada del Tíbet.4. - Tal signo, junta o separa todos los elementos regidos por la energía atómica, si se traza con los dedos medio, índice y pulgar de la mano derecha, sobre la superficie del Plexo Cardíaco. Amad el Santo Ocho, veneradlo, concentraos hondamente en él. Dicho número viene a ser así un claro emblema de aquel Mercurio Filosófico -verdadera encarnación de HERMES- con el cual el INICIADO debe trabajar en el MAGISTERIO DEL FUEGO. Meditad en el signo sagrado del infinito, perfecta representación del nexo viviente que enlaza sabiamente los dos mundos -divino y material-, que manan respectivamente, de las aguas de arriba y de las de abajo, del espacio producido en la segunda fase de la creación, y que por último se unen en el foco central interno de la conciencia individual, como vehículo, canal y medio de expresión del uno en el otro. Concentraos profundamente en el Santo Símbolo, en el Ocho inefable, en esa doble corriente de fuego y agua que se entrecruzan sabiamente en la NOVENA ESFERA dentro en las entrañas vivientes de la tierra. Recordad la noble figura Alkímica de Basilio Valentino, variación resplandeciente del Caduceo, símbolo sacratísimo del Mercurio de los Sabios, en el que se unen las activas propiedades del AZUFRE con la maravillosa fecundidad productora de la sal, para realizar sabiamente el místico connubio de dos luminares en tres mundos. Que haya profundidad en vuestra concentración, Meditad en la Orden Sagrada del Tibet. Evocad esos Ocho KABIRES o KABIRIM del Signo del Infinito; esos Ocho Hermanos; Semíticas Divinidades inefables cuyo culto y misterios pasaron después a los griegos y romanos, hallándose su centro especial en SAMOTRACIA. Considerados esos Dioses Santos como los hijos de Efestio o VULCANO y de una bella hija de PROTEO, aparecen nacidos del FUEGO SAGRADO que se desarrolla y desenvuelve dentro del interior de la tierra. Son, pues, estos Ocho Hermanos los Rectores de la Naturaleza; los generadores de los fenómenos vitales, los reguladores de todas las actividades fundamentales del organismo planetario en que vivimos. Meditad y orad; permaneced alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra y no caigáis en tentación. Que el Santo Ocho inefable y terriblemente divino se sumerja como un bálsamo precioso dentro de vuestro dolorido corazón y que los Ocho Kabires guíen vuestros pasos hacia la Orden Sagrada del Tibet. Sed, os digo, INTEGROS, UNI-TOTALES, RECEPTIVOS. Una noche cualquiera, no importa cuál, seréis llamados desde el Templo de los Himalayas. "Pedid y se os dará; golpead y se os abrirá", ¡Oh, Lanú! dime: ¿Estáis dispuesto a soportar las pruebas? Dicen los viejos sabios del oriente que siete son las pruebas básicas, fundamentales, indispensables para la recepción Iniciática en la Orden Sagrada del Tibet. Sobre la última de estas pruebas ya habló el Maestro LUXEMIL. ¿Es acaso muy agradable experimentar el terror de la muerte? Empero, sólo así venimos a comprender que el precio de la AUTOREALIZACION INTIMA DEL SER, se paga con la propia vida. ¡Lúgubre suerte me cabe, contemplar un ígneo rastro de aquello que fue! Yo estuve en las luchas; supe de pruebas; golpeé como otros en las puertas del templo. Esa belleza seductora del Templo Oriental puso un destello de vida a mi alma sufrida, como el rayo que colora pone en la nube que llora, el arco iris que alegra. Imagen sacra del Templo, grata y radiante, fue cual estrella errante o como rápido meteoro, el rayo que abrió en mi noche un ardiente surco de oro. Ese Santuario inefable del Tibet es el fanal y la tea, el hálito que crea y el turbión que alborota, la calma del espíritu que recrea y la tormenta que azota. Misterio insondable, armonía dulce y fuerte, severa y grave; Dios me depare obtenerte como fúnebre lirismo, prez de sangre, flor de abismo, luto y gloria de la muerte. Sobre este negro río de la existencia profana, la verdad austera y grave brilla como el silencio de las estrellas por encima del estrépito terrible de las olas. Y fui sometido a pruebas indecibles dentro de esos muros sagrados, en el patio solariego del templo. ¡Cuántos recuerdos!... ¡Que pliegue su ala de oro la tarde en el vacío, que vengan a mi mente para bien de mis lectores esas reminiscencias esotéricas, que tililen las estrellas, que me digan en secreto muchas cosas las aves nocturnas! Y en aquel patio de misterios, una DAMA-ADEPTO después de tantas y tantas pruebas espantosas y terribles en gran manera, me enseñó siniestramente, la descarnada y horrible figura de la muerte; huesuda calavera entre sus dos canillas cruzadas... Dejadme vivir un poco más... Yo estoy trabajando por la humanidad doliente... Pagaré todo lo que debo sacrificándome por la gran huérfana. Tened compasión por mí. "Si tú hubieras estado preparado, morirías en presencia de esta figura." Esta fue la respuesta y luego vino un silencio aterrador. Yo, vil gusano del lodo de la tierra, de pie junto a una de estas solemnes columnas invictas del Santuario... ¡Ay de mí! ¡Ay! ¡Ay!... tremendos recuerdos vinieron a mi mente... estaba metido dentro de la Orden Sagrada del Tíbet, pero esto no era nuevo para mí, recordé que en otros tiempos había estado allí, en ese mismo lugar, parado junto a la misma columna veneranda. En el patio, alrededor de la mesa sagrada, un grupo de NIRMANAKAYAS estaban sentados... aquellos seres inefables destilaban felicidad. ¡Oh Dios! ¡Qué túnicas tan hermosas, vestiduras de paraíso, qué rostros tan divinos! Es obvio que no faltaba entre ellos alguno SAMBOGAKAYAS, los cuales como es sabido, tienen tres perfecciones más que los NIRMANAKAYAS. Permítanme ustedes decir algunas palabras... Me viene en estos instantes a la memoria el recuerdo de otros tiempos; hace ya muchos siglos que yo estuve parado aquí, en este mismo lugar y junto a esta misma columna. "Si tú no hubieras estado aquí -me contestó un anciano venerable- no habrías vuelto a golpear en las puertas de este templo." Avancé algunos pasos, retirándome de la columna para situarme reverente ante la mesa de los santos; el anciano que había tomado la palabra en nombre de todos los elegidos, se puso de pie para hacerme algunas justas recriminaciones. ¡Qué rostro tan majestuoso, parecía un cristo viviente, en sus ojos se reflejaban muchos días y noches cósmicas, su barba sagrada era una viva representación del verbo universal de vida y su cabellera inmaculada cayendo sobre sus hombros inefables, nos recordaba al anciano de los días de la kábala hebraica.! Habló y dijo cosas terribles; mencionó a una mujer que yo había conocido después de la sumersión del viejo continente Atlante. "¿Te acuerdas de fulana?" Sí, venerable Maestro, me acuerdo de ella. Es evidente que yo había fracasado por ella en los antiguos tiempos. "¿Te acuerdas de sutana?" Sí, venerable Maestro, me acuerdo de ella. Entonces vino a mi mente el recuerdo viviente de una reina Tibetana. En el Asia Central, en el corazón mismo de los Himalayas, a un lado del Tíbet, existió un reino maravilloso hace ya cerca de un millón de años. Los habitantes de aquel antiguo país fueron el resultado de una mezcla ARIO ATLANTE. Todo Esoterista sabe muy bien que la primera Sub-Raza de nuestra actual quinta Raza Raíz, floreció en el Asia Central. Yo viví en ese viejo país y conocí a la citada reina, a esa que el Maestro me recordara en forma recriminativa. Ella vino a mí cuando yo era sacerdote de la Orden Sagrada del Tíbet. Sufría la infeliz y me contó sus tragedias. El monarca, su esposo, estaba enamorado de otra mujer y es obvio que la desgraciada reina había caído en la desesperación. Quise ayudarla, hice lo que pude por ella, pero cometí graves errores. Asaltar la mente ajena es un delito y sería absurdo negar mis propios errores, usé los poderes síquicos en forma evidentemente negativa y hasta cometí el error de recibir algún dinero. El tesoro real me pagó la suma, a cuenta de gastos de reina. El esposo abandonó a la concubina, y Rey y Reina se reconciliaron para bien de aquel país. Aparentemente hice bien, mas recordemos las palabras del Maestro MORIA: "Entre las cadencias del verso también se esconde el delito". A todas luces resulta claro comprender que caí en el absurdo, que cometí estupideces, y por tal motivo, a pesar de ser un dos veces nacido, fui severamente castigado. Allí estaba el anciano recordándome todas estas cosas y es claro que mi dolor mortal fue espantoso en gran manera. "¿Te acogiste a la Orden de la JARRETERA?" Sí, venerable Maestro, me acogí a ella, fue mi respuesta. ¿Cómo negarlo? La mirada de aquel anciano sacratísimo me traspasaba el corazón, imposible esconderme ante la divinidad. Recordé entonces aquella antigua personalidad que tuve en la vieja Roma. Se me confió la misión de establecer un escenario fuerte para la cuarta Sub-Raza de esta quinta Raza Raíz y entonces utilicé la personalidad humana de Julio César. Formé el Gran Imperio Romano, me batí como un león en las Galias y todo el mundo sabe que fui asesinado por Bruto el Traidor. No tenía necesidad de acogerme a la Orden de la JARRETERA, las leyes secretas de la Gran Vida Universal, de todas maneras me habrían ayudado sin necesidad de la citada Institución Romana. Después de estas recriminaciones me sentí avergonzado conmigo mismo, apenado y con el corazón adolorido. Una DAMA-ADEPTO disfrazada con el traje de verdugo ritual, avanzó resueltamente hacia mí con el látigo sagrado empuñado en su derecha; de inmediato entendí que debía pasar por la flagelación evangélica. Caminé rumbo al interior del templo, despacito... a lo largo de aquel patio vetusto rodeado de murallas arcaicas. ¡Muere! ¡Muere! ¡Muere!, exclamó la DAMA a tiempo que me azotaba en verdad con el látigo sagrado. Sí, eso es lo que quiero, morir, morir, morir, azotadme más fuertemente; y aquellos latigazos en vez de producir en mí ese dolor espantoso de la tortura me entraban como si fuesen rayos eléctricos, beneficiándome, pues sentía en mi interior que esas entidades que constituyen el YO PLURALIZADO, eran abatidas de muerte. Escrito está que HORUS debe vencer y destruir a los demonios de SETH (Satán), para que el alma resucite en el corazón de OSIRIS (El Cristo). Es evidente, cierto, patético, que después de haber vuelto al nacimiento segundo, necesitaba morir en mí mismo, aquí y ahora. Esta no es la muerte ordinaria común y corriente de los profanos y profanadores de la vida, que infunde tan gran terror a los seres vulgares, a esas muchedumbres que pueblan la faz de la tierra. Ciertamente ésta es la muerte INICIATICA O FILOSOFICA de los MAESTROS, a la cual hacía referencia Giordano Bruno escribiendo Coloro Che Filosofano Dirittamente Intendono a Morire. Esta es la muerte de SETH, el MI MISMO, el SI MISMO, tan adorado por muchos equivocados sinceros. Han pasado ya muchos años de mi vida y jamás he podido olvidar este evento cósmico ocurrido en el corazón de los Himalayas. Hoy estoy bien muerto; trabajé intensamente con ayuda de mi serpiente sagrada, los demonios rojos han sido derrotados. Grande fue la lucha pero logré la muerte INICIATICA. El camino es más amargo que la hiel. Muchos son los llamados y pocos los escogidos. El sendero de la vida está formado con las huellas de los cascos del caballo de la muerte. Necesitaba disolver el EGO, morir, sí, y ahora parlo porque...

CONSTELACION DE "LEO"...

LEO:
Del 23 de Julio al 22 de Agosto:
Rige: Corazon y Espina dorsal.Metal: Oro.Piedra: Diamante.Perfume: Incienso.Planta: Girasol.Flor: Amapola.Planeta: Sol.Color: Dorado.Elemento: Fuego.Palabra clave: Vida.Dia: Domingo.Regente: Michael. Querido discípulo:Hoy hemos entrado en la Constelación de Leo. Es Leo el Corazón del Zodíaco, y el Trono del Sol. Leo es la Morada de los hijos de la llama, a quienes la Biblia llama "Tronos". Leo es la casa de los Cuatro Kumaras. Leo es la casa del Sol, y gobierna nuestro Corazón. Así como el Sol es el corazón del Sistema Solar, así también el Corazón humano es el Sol de nuestro organismo. Las Fuerzas, que en forma de un triángulo, descienden, y las que suben de la Tierra, se encuentran en el Corazón, y se mezclan y se redimen, formando el Sello de Salomón. El Corazón es la Sagrada Cámara de la Bendita Diosa Madre del mundo. Hasta allí llega la princesa inefable del Kundalini, "Hadit", la Serpiente Alada del desierto. La Cruz de la Iniciación se nos entrega en el Templo Corazón. El Kundalini es el laboratorio donde trabaja el Corazón. Los Fuegos del Corazón sirven de control a los Fuegos Espinales. Kundalini sube según los méritos del Corazón. El Kundalini evoluciona y progresa dentro del Aura del Logos Solar. El Corazón es el órgano más sensible de nuestro organismo. Dentro de las finas membranas del Corazón se registran hasta los movimientos sísmicos más lejanos del mundo. El Corazón es el Sagrado Templo del Maestro Interno. El Maestro Interno nos habla en forma de Corazonadas. Si el hombre obedeciera a esas Corazonadas, viviría sin problemas. El hombre se revela contra la Voz del Maestro Interno, y se crea problemas. Dentro de nosotros hay dos hombres que viven en eterna lucha: el uno contra el otro. En nosotros hay un Hombre Celestial y un Hombre Animal. El Hombre Animal quiere resolver todas las cosas por su cuenta, y actuar como mejor le parece. El Hombre Celestial habla en forma de Corazonadas; su voz es la Voz del Silencio; y sus actos siempre son rectos; y crean Felicidad. El Hombre Animal es la Mente, que reside en la cabeza con sus Siete Portales. El Hombre Celeste es el Maestro Interno. El Maestro ordena y la Mente no le obedece; ella quiere resolver todas las cosas por su cuenta y actuar como mejor le parece, sin tener en cuenta para nada las órdenes del Maestro Interno. Como consecuencia de esto, surge necesariamente el dolor y la amargura, que son el resultado de la acción errada y del esfuerzo inútil. Dichosos los que sólo se mueven con la Voz del Silencio; a ellos nunca les faltará el pan, abrigo y refugio; vivirán sin problemas y tendrán bienaventuranza. Cochero, dominad bien el potro cerrero de la Mente, para que no lance vuestro carro al Abismo. El Maestro Interno es el Señor del corazón, el Maestro Interno es el Intimo. El Maestro interno está mas allá de la voluntad y mucho mas allá de la Conciencia. El Maestro interno es el Divino testigo, sentado en el trono del Templo corazón. La Esencia Interna del Maestro es Felicidad Absoluta y Omnisciencia ilimitada. El Maestro Interno es "simple". Todo lo demás es compuesto. La Naturaleza Eterna vive cambiando, pero el Maestro Interno es inmutable, y por esa causa el Maestro puede librarse de la Naturaleza. La Naturaleza arroja sus sombras sobre el Maestro, pero el Maestro Interno está más allá de todas las sombras. Cuando el Alma se fusiona con el Maestro Interno, entonces se libera de la Naturaleza y entra en la Suprema Felicidad de la Existencia Absoluta. Ese estado de Felicidad se llama Nirvana. Al Nirvana se llega a través de millones de nacimientos y de muertes, pero también se llega por medio de un camino más corto, y ese camino es el de la "Iniciación". El Iniciado llega al Nirvana en una sola vida, si así lo quiere. "Angosta es la puerta, y estrecho el camino que conduce a la luz, y muy pocos son los que lo hallan". Existen Siete Santuarios Iniciáticos en el Mundo Astral, y si el discípulo quiere progresar en esta senda, tiene que buscar un Maestro. "Cuando el discípulo está preparado, el Maestro aparece". "Cuidaos de los falsos profetas". No aceptéis Maestros externos del Físico. Aprended a salir en Cuerpo Astral y cuando ya estéis prácticos en el astral, escoged a un auténtico Maestro de Misterios Mayores de la Blanca Hermandad, y consagradle a él la más absoluta devoción y el más profundo respeto. En el Mundo Físico, deberéis andar con mucho cuidado, pues hay muchos Falsos Profetas. No aceptéis órdenes externas de nadie; únicamente debéis obedecer las órdenes que "nosotros" os demos en el Mundo Astral. Hay en el Mundo Físico muchos Iniciados de Misterios Menores, buenos y sinceros, mas como todavía no se han fusionado con su Maestro Interno, son también "Muertos Vivientes", y en consecuencia, tienen graves y gravísimos errores, que pueden extraviar al estudiante y hasta hacerle caer en el Abismo. Cuando nosotros queremos hacernos reconocer en el Mundo Físico de algún estudiante, primero le daremos "señales" y pruebas en el Mundo Astral, pero "cuidado": vivid alertas y vigilantes como el vigía en épocas de guerra porque en estos tiempos el Anticristo hace señales y prodigios engañosos. "Sed sencillos como la paloma, y maliciosos como la sierpe". "Sed mansos y humildes, pero cuando de la Verdad se trate, sed Fuertes en Pensamiento, Palabra y Obra". Cuanto más alto estéis, más terrible será una caída. Cuidaos, pues, de caer, porque el discípulo que se deja caer, tiene luego que luchar mucho para recuperar lo perdido. Estas reglas son muy sencillas, pero de terrible importancia. Yo he conocido a muchos Iniciados de Misterios Menores, que conocieron y aceptaron a los Falsos Profetas del Mundo Físico, y entonces cayeron en el terrible Abismo. Yo enseño al estudiante a viajar en Cuerpo Astral, para que no se deje engañar. El estudiante que se deja engañar, es porque no sabe salir en Cuerpo Astral. Todo aquel que trate de ridiculizar nuestros Templos Sagrados y nuestras Sagradas Iniciaciones, es todavía un "Muerto Viviente" no le escuchéis, es peligroso. Hay gentes que piensan que se puede llegar al Nirvana sin pasar por ninguna Iniciación; dichas gentes son "Muertos Vivientes", ellas siguen el Sendero Espiral de la vida y sólo a través de millones de vidas y de muertes, ciertamente llegarán al Nirvana. Pero también hay otros "Muertos Vivientes" que quieren fusionarse rápidamente con su Intimo, y sin embargo, tratan de mofarse de nuestras Sagradas Iniciaciones. Esta clase de Muertos Vivientes, son los más peligrosos porque pisaron la Senda, y están "mofándose" de la Senda. "Estos son los insultadores" de Víctor Hugo. Estos son los profanadores del Templo. Querer fusionarse rápidamente con el Intimo sin haber pasado por las Nueve Iniciaciones de Misterios Menores, es tanto como querer doctorarse en Medicina, sin haber cursado todos los años reglamentarios de la universidad o como querer ser general, sin haber pasado por todos los grados militares. Todas las Iniciaciones se reciben en los Templos del Mundo Astral, pero la escuela es la misma Vida. Durante el signo de Leo debemos actuar sobre el Corazón, por medio de la Meditación. La Meditación Interna reviste tres fases: 1º. CONCENTRACIÓN PERFECTA. 2º. MEDITACIÓN PERFECTA. 3º. SAMADHI PERFECTO. Hay que concentrar la Mente en el Maestro Interno. Hay que Meditar en la majestad del Maestro Interno. Hay que hablar con el Maestro Interno, hasta oír su voz y conversar con él cosas inefables... Esto se llama "Shamadi". La Concentración es una técnica. La Maestra H.P.B. en la «Voz del Silencio» página 17, dice textualmente lo siguiente: "Antes que el alma pueda oír, la imagen (el hombre) deberá ser tan sorda a los rugidos como a los murmullos, a los bramidos del elefante como al argentino zumbar de la luciérnaga dorada". "Antes que el alma pueda comprender y recordar, debe estar unida al hablante silencio, lo mismo que la forma que ha de tomar la arcilla, está primero unida a la mente del alfarero". "Porque entonces el alma oirá y recordará". "Y entonces al Oído Interno hablará la Voz Del Silencio". Así, pues, durante este signo de Leo debemos practicar con especialidad la Meditación Interna. Yo aconsejo a mis discípulos que practiquen la Meditación Interior en aquellos instantes en que se sienten más predispuestos al sueño. Debéis dominar totalmente el potro cerrero de la Mente. Debéis controlar toda posible reacción de la Mente ante las cosas y sonidos del Mundo Físico. El Maestro Interno no es la Mente. El Maestro Interno no es la emoción, el Maestro Interno no es la voluntad; el Maestro Interno no es la conciencia, ni siquiera la inteligencia. El Maestro Interno es el Divino Testigo; el Maestro Interno es el Ser. El Maestro Interno es el Intimo, por ello sumidos en profunda Meditación interna decid: NO ESTO, NO ESTO, NO ESTO. "YO SOY ÉL", "YO SOY ÉL", "YO SOY ÉL". Sed exigente con vuestro Maestro Interno, él debe enseñaros las cosas más inefables. Si vuestra Concentración es intensa, entonces os adentraréis en las maravillas del Cosmos y aprenderéis cosas imposibles de describir con palabras. Durante este signo de Leo, vocalizad diariamente la vocal "O" para despertar el Chakra del Corazón. Entre el Sol y Mercurio, existe un Planeta Secreto de donde emana la vida de todo lo que palpita en el Mundo Físico. Las Jerarquías Azules del Sol son la fuente de toda vida. Los nativos de Leo son enérgicos y bondadosos al mismo tiempo, son magnánimos, místicos y autoritarios. Tienen tendencia a la ira, y deben luchar mucho para dominar ese defecto. Leo, siendo el trono del Sol, anuncia fortuna y posición elevada. El significado oculto de Leo es la Intuición. El metal de ese signo es el Oro y la piedra, el Diamante. Los nativos de Leo son autoritarios y sólo quieren mandar. Leo trae algunos viajes. Moralmente sufren mucho los nativos de Leo.
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...
Del libro "Curso Zodiacal"

martes, julio 24, 2007

LA LEY DEL PENDULO...

Vamos a comenzar nuestra cátedra de esta noche. Ciertamente, la humanidad vive entre el batallar de las antítesis, entre la lucha cruen­ta de los opuestos. A veces nos encontramos muy alegres, contentos; otras veces, nos hallamos deprimidos, tristes. Tenemos épocas de progreso, de bienestar (unos más que otros, de acuerdo con la Ley del Karma); también tenemos épocas críticas en lo económico, en lo social, etc. Hay veces que nos encontramos optimistas con relación a la vida, y hay veces que nos sen­timos pesimistas. Siempre se ha visto que a toda época de alegría, de contentamiento, le sigue una temporada depresiva, dolorosa, etc. Nadie puede ignorar de que siempre estamos sometidos a muchas alternativas en el terreno práctico de la vida. Por lo común, a las épocas que nosotros denominamos "felices", siguen épocas angustiosas. Es la Ley del Péndulo la que gobierna, realmente, nuestra vida. Ustedes han visto, por ejemplo, el péndulo de un reloj: tan pronto asciende, por la dere­cha, como se precipita para ascender por la izquierda. Esa Ley del Péndulo gobierna tam­bién a las naciones (no hay duda). En las épocas, por ejemplo, en que Egipto florecía a las orillas del Nilo, el pueblo Judío parecía (o no es que parecía, era nómada en el de­sierto). Mucho más tarde, cuando el pueblo egipcio decayó, se levantó victorioso el pueblo hebrai­co (es la Ley del Péndulo). Una Roma triunfante, se sostiene sobre los hombros de muchos pueblos, pero después cae (con la Ley del Péndulo), y esos pueblos ascienden victoriosos. La Unión Soviética, por ejemplo, se apasionó terriblemente por la dialéctica materialista, pero ahora el péndulo comienza a cambiar, está pasando al otro lado, y como resultado, la dialéctica materialista está quedando o ya que­dó prácticamente arrinconada, ya no tiene nin­gún valor. Hoy en día, la mayor producción que tenemos en materia de Parapsicología, se la debemos a la Unión Soviética. Y está ya comprobado, de acuerdo con los datos, que la Unión Soviética está producien­do la mayor cantidad de materias relacionadas con la Parapsicología: se usa el ocultismo en las clínicas, la Parapsicología en todos los hospitales, etc. Al paso que va la Unión Soviética, dentro de poco tiempo habrá pasado, exactamente, al lado opuesto del materialismo, se habrá hecho absolutamente mística y espiritual. Ya lleva ese camino, y muchos paladines místicos están descollando, pues, en Rusia. ¿La dialéctica de Carlos Marx? Pues, ha quedado arrinconada, está cayendo prácticamente en el foso del olvido, para dejar su puesto a la Parapsicología y posteriormente al esoterismo científico, al ocultismo, a la Yoga etc., porque el péndulo está cambiando, está pasando al otro lado: de la tesis a la antítesis. Todos los seres humanos dependen de la Ley del Péndulo; eso es obvio. Tenemos bue­nos amigos y si sabemos comprenderlos, es cla­ro que podremos conservar su amistad; sería absurdo que nosotros exigiéramos que nuestros amigos no estuvieran jamás sometidos a la Ley del Péndulo. Nunca debe extrañarnos, por ejemplo, que un amigo con el cual hemos tenido siempre buenas relaciones, resulte de la noche a la mañana con el ceño fruncido iracundo, berrinchudo, malgenioso, duro en la palabra etc., ante nosotros. En esos casos hay que hacer una venia respetuosa y retirarnos, para que el ami­go tenga tiempo de desahogarse, y por el hecho de que nos haga mala cara un día, no debe­mos nosotros desanimarnos; antes bien com­prenderlo, porque no hay ser humano que no esté sometido a la Ley del Péndulo. Así pues que, vale la pena ser reflexivo. Esta Ley del Péndulo, parece o entiendo que se hace muy manifiesta, especialmente en los nativos de Géminis: 21 de mayo al 21 de junio. Estos de Géminis tienen (se dice) una doble personalidad. Como amigos son extraor­dinarios, maravillosos, llegan hasta el sacrificio por sus amigos, pero cuando cambia la perso­nalidad, entonces son lo opuesto, y todo el mun­do queda desconcertado. Bueno, éste es precisamente un ejemplo de lo que es la Ley del Péndulo. No quiero decir que ellos sean únicamente los exclusivos en esta cuestión de la Ley del Péndulo; no, hasta allá no llegamos, pero sí por lo menos la especifi­can, la ponen de relieve, sirven como de patrón de medida, nos indica lo que en realidad de verdad es tal Ley. Quienes conocemos a los nativos de Géminis, sabemos manejarlos. Cuando viene su personalidad fatal o negativa a la manifestación, nosotros no oponemos ninguna resistencia y pacíficamente aguardamos que vuelva la personalidad simpática a la actividad. Resulta interesante todo esto; pero es que la Ley del Péndulo no solamente está demostrada por los nativos de Géminis, también la pode­mos evidenciar en nuestro organismo. Existe un diástole y un sístole en el corazón, es decir, la Ley del Péndulo. "Diástole", deviene de cierta palabra griega que significa "reorganizar", "prepararse", "acumular". etc. "Sísto­le" significa "contracción", "impulso", "dirección", de acuerdo con ciertas palabras griegas. Durante el diástole, el corazón se abre para recibir la sangre, mas también organiza, prepara etc., hasta que toma una nueva iniciativa, se contrae y lanza pues la sangre a todo el organismo. Este lanzamiento es importante, por él se existe. Pero lo que sí me doy cuenta cabal, es que las gentes comprenden que hay un diástole y un sístole, pero no entienden que entre el diástole y el sístole, existe una tercera posición: la de preparación, ordenamiento, acumulación de potencias vitales, etc. Se nos dirá que es muy breve, pues, el inter­medio entre el diástole y el sístole... Acepto: se trata de milésimas de segundo. Para nosotros resulta demasiado fugaz, pero para ese mundo maravilloso de lo infinitamente pequeño, para ese mundo extraordinario del microcosmos, pues es lo suficiente como para reali­zarse prodigios. Mirando las cosas desde este ángulo, me parece que nosotros deberíamos orientarnos con la cuestión esta del diástole, el sístole y su síntesis organizativa; eso es obvio. La gente toda, en sus relaciones o interrela­ciones, vive completamente esclavizada por la Ley del Péndulo: tan pronto suben con la alegría desbordante, cantando victoria, como se van al otro lado, deprimidos pesimistas, angustiados, desesperados. La vida parece com­plicarse toda, de acuerdo con la Ley del Pén­dulo. Las altas y bajas de la moneda, subidas y bajadas de las finanzas, las épocas de maravi­llosa armonía entre los familiares, los tiempos de conflictos y problemas, se suceden todos inevitablemente, de acuerdo con la Ley del Péndulo. Para nuestro modo de ver las cosas, debemos asegurar, en forma enfática, que la Ley del Péndulo es mecanicista en un ciento por ciento. Esa Ley del Péndulo la tenemos en nuestra mente, en nuestro corazón y en los centros mo­tor-instintivo-sexual. Es obvio que en cada centro existe la Ley del Péndulo. En la mente, está perfectamente definida con el batallar de las antítesis, en las opiniones encontradas, etc. En el corazón, con las emociones antitéticas, con los estados de angustia y de felicidad, de optimismo y depresión. En el centro motor­-instintivo-sexual, se manifiesta con los hábitos, las costumbres, con los movimientos: frunci­mos el ceño, estamos adustos; cuando nos ha­llamos deprimidos o sonreímos alegres, bajo el impulso, pues, del centro motor; cuando nos hallamos muy contentos, etc. Saltamos, brincamos, llenos de alegría por una buena noticia, o nos tiemblan las pantorrillas ante un peligro inminente: tesis y antítesis del centro motor, la Ley del Péndulo en el centro motor. Conclusión: somos esclavos de una mecáni­ca. Si alguien nos da palmaditas en el hombro, sonreímos tranquilos; si alguien nos da una bofetada, contestamos con otra; si alguien nos dice una palabra de alabanza, felices nos sentimos, pero si alguien nos hiere con una palabra agresiva, nos sentimos terriblemente ofendidos. Total, somos maquinitas sometidas a la Ley del Péndulo, cada cual puede hacer de nosotros lo que le venga en gana. ¿Quieren vernos con­tentos? Dennos unas cuantas palmaditas en el hombro y unas cuantas lisonjas al oído, y esta­mos contentísimos. ¿Quieren vernos llenos de ira? Dígannos una palabra que nos hiera el amor propio, dígasenos cualquier palabra dura y nos verán también ofendidos, iracundos. Así pues, la psiquis de cada uno de nosotros, en realidad de verdad, está sometida a lo que los demás quieran. No somos, eso es triste decirlo, dueños de nuestros propios procesos psicológicos; cualquiera puede manejar nuestros procesos psicológicos, somos verdaderas marionetas que cualquiera maneja. Si yo quiero tenerlos aquí contentos a ustedes, me basta endulzarles el oído, alabarlos y los tengo felices. Si yo quiero que ustedes queden disgustados conmigo, me pongo a ofenderlos, y entonces ustedes fruncen el ceño, el entrecejo; ya no me miran "con dulces ojos" como en este momento me están mirando, sino en forma iracunda, con "ojos de pistola". Pero si yo quiero volverlos a ver contentos, vuelvo y les digo unas palabritas dulces, y vuel­ven a estar contentos y me vuelven a mirar dul­cemente. Conclusión: se convierten para mí, ustedes, en un instrumento en el que puedo yo tocar melodías, ya dulces, ya graves, ya agresivas, ya románticas, como quiera. Entonces, ¿dónde está, pues, la individualidad de las gentes? Pues no la poseen, si no son dueños de sus propios procesos psicológicos. Cuando uno no es dueño de sus propios procesos psicológicos, no puede decir, realmente, que posee una individualidad. Salen ustedes, por ejemplo, a la calle; van muy contentos, mientras no halla algo que les disguste. Tal vez vayan manejando su carrito, y por ahí viene un loco, de esos que an­dan por la ciudad, y los rebasa por la derecha y se les atraviesa. Esto les ofende terriblemente. Ustedes no protestan en ese momento con la palabra (por lo menos protestan con el claxon), pero sin protestar no se quedan. Es decir, el del carri­to que los rebasó, que los molestó, que los fas­tidió, los hizo cambiar totalmente. Si iban contentos, se llenaron de ira; entonces el del carrito pudo más sobre ustedes, pues pudo manejar sus psiquis y ustedes no pudieron. ¿Van viendo, pues la Ley del Péndulo? Bueno, ¿habría alguna forma de escaparse uno de esta terrible Ley mecánica del Péndulo? ¿Creen ustedes que hay alguna manera de es­capar? Si no la hubiera, estaríamos condena­dos a vivir una vida mecánica, por secula seculorum, amen... Obviamente que tiene que haber algún sistema que nos permita evadir esa ley, o manejarla. Existe, realmente: tenemos que aprender a volvernos comprensivos, refle­xivos, aprender a ver las cosas, en la vida, tal como son. Obviamente que cualquier cosa en la vida, tiene dos caras. Una superficie cualquiera, nos está indicando la existencia de una cara opuesta; eso es incuestionable. El anverso de una medalla nos sugiere el reverso de la misma. Todo tiene dos caras; las tinieblas son lo opuesto de la luz. En los mundos suprasensibles, puede evidenciarse que al lado de un Templo de luz, existe siempre un Templo tenebroso; eso es claro. Pero, ¿por qué cometemos nosotros el error de alegrarnos ante algo positivo y de protestar ante algo negativo, si son las dos caras de lo mismo? Pienso que el error más grave en nosotros, consiste precisamente en no saber mirar las dos caras de cualquier cosa, o de cualquier circunstancia, etc. Siempre vemos más una cara, nos identificamos con ella y sonreímos; pero cuando se nos presenta la antítesis de la misma, protestamos, rasgamos nuestras vesti­duras, tronamos y relampagueamos; no queremos nosotros, en verdad, cooperar con lo inevitable y ese es nuestro error, precisamente. Hay veces que nos apasionamos por un platillo de la balanza y otras veces por el otro platillo; hay veces que nos vamos a un extremo del péndulo y hay veces que nos vamos al otro, y por este motivo no hay paz entre nosotros, nuestras relaciones son muy pésimas, conflicti­vas. A toda época de paz le sucede una época de guerra, y a toda época de guerra, le sucede una de paz. Somos víctimas de la Ley del Pén­dulo y eso es doloroso. A eso se debe, precisa­mente, la tempestad de todos los exclusivis­mos, la lucha de clases, los conflictos entre el Capital y los trabajadores, etc. Si nosotros pudiéramos ver las dos caras de toda cuestión, realmente todo sería diferente; mas nos falta comprensión. Si queremos ver las dos caras de cada cuestión, se hace necesa­rio, a mi modo de entender las cosas, vivir no dentro de la Ley del Péndulo, sino dentro de un círculo cerrado, un circulo mágico. Imaginemos nosotros un círculo alrededor de nosotros, un círculo mágico. Por ese círculo van pasando todos los pares de opuestos de la Filosofía: las tesis y las antítesis, las circunstancias agradables y desagradables, las épocas de triunfo y de fracaso, el optimismo y el pesi­mismo, lo que llaman "bueno" y lo que las gentes llaman "malo", etc. Alrededor de ese círculo mágico podemos ver un desfile muy interesante; descubriremos, por ejemplo, que a toda gran alegría le suceden, enseguida, estados depresivos angustiosos, dolorosos. Cuando las gentes se carcajean más, las lá­grimas son mayores y los llantos peores. Obser­ven, habrán visto ustedes que ha habido en la vida, instantes en que todo el mundo ríe (la familia), que todos están contentísimos, que no hay sino carcajadas y alegría... Mala cosa esa. Cuando uno ve en una familia eso, puede profetizar, seguro de que no va a fallar, de que a esa familia le aguarda un sufrimiento, en que todos van a llorar. Eso es seguro, porque todo es doble en la vida. A la mueca esa de la carcajada, le sigue otra mueca fatal: la del supremo dolor y el llanto. A los gritos de alegría, etc., le suceden los gritos de supremo dolor. Todo tiene dos caras: la positiva y la negativa; eso es obvio. Este signo por ejemplo, lo indica: esotérico. Supongan ustedes, o refléjenlo aquí, en el suelo. Observen en el suelo la sombra. ¿Qué se ve? El Diablo, eso es claro, y sin embargo es el signo del esoterismo, pero su sombra, obviamente, tiene la cara del Diablo. Todo es doble en la vida, no hay nada que no sea doble. Cuando uno se acostumbra a ver las cosas desde el centro de un círculo mágico, todo cam­bia, se libera de la Ley del Péndulo. En cierta ocasión, cuando tuve yo el cuerpo físico de Tomas de Kempis, escribí en una obra ti­tulada "La Imitación de Cristo", la siguiente frase: "No soy más porque me ala­ben, ni menos porque me vituperen, porque siempre soy lo que soy". Eso es claro, todo tiene su doble cara: la alabanza y el vituperio, el triunfo y la derrota. Todo tiene dos caras. Cuando uno se acostumbra a ver cualquier circunstancia, cualquier cosa, cualquier acontecer, en forma íntegra, unitotal, con sus dos caras, pues se evita en la vida muchos desengaños, muchas frustraciones, muchas decepciones, etc. Si uno trata a una amistad, a un amigo, pues debe comprender que ese amigo no es perfecto, que tiene sus agregados psíquicos, que en cualquier momento podría pasar de amigo a enemigo (lo que es normal, además). Y el día que eso suceda de verdad, el día que ese acontecer se realice, no pasa uno por ninguna desilusion, está curado en salud; eso es obvio. Recuerdo cuando empecé yo con el Movi­miento Gnóstico. Por ahí, unas tres o cuatro personas me seguían, y en verdad yo había puesto todo mi corazón en esa gente, luchando por ayudarles: que salieran en Cuerpo Astral, que la meditación, que en el estudio de la Gnosis, etc. Logré formar cierto grupito; todo aguardaba entonces, menos que alguien del grupito se retirara, puesto que había venido, pues, de lleno dedicado a formar ese grupito con mucho amor. Claro, cuando uno de los del grupo se retiró, sentí como si me hubieran clavado un puñal en el corazón. Dije: "Pero si yo he luchado tanto por este amigo, si yo quería que él marchara por la senda, como debía ser; si yo no le he hecho ningún mal, ¿entonces por qué me traiciona? Se afilió a otra escuela. Todo pensaba, menos que alguien que está recibiendo las enseñanzas, pudiera afiliarse a otra escuelita. Sin embargo, resolví continuar estoicamente con mi trabajo. Fueron aumen­tando en el grupo, y llegó el día en que había mucha gente. Por aquellos días se me dijo en los mundos superiores, que "el Movimiento Gnóstico era un tren en marcha y que unos pasajeros se bajaban en una estación y que otros subían en otra estación; que más allá bajaban otros, y mucho más allá subían otros". Conclusión: era un tren en marcha, y yo era el maquinista que iba conduciendo la locomo­tora. Por lo tanto, "no debería preocuparme". Así lo entendí, y realmente más tarde lo pude comprobar: unos pasajeros subían en una estación y se bajaban más adelante, y así sucesiva­mente. Desde entonces me volví estoico. Vi también que se retiraba uno y llegaban diez. "Bueno -dije-, entonces no hay por qué preocuparse tanto". Desde aquella época, pues, después de un gran sufrimiento por uno que se retiró, aprendí que muy raro es el que llega a la estación final. Eso me costó bastante dolor. ¿Que hoy se retira un hermano? ¡Que le vaya bien! Ya no soy aquel que se llenaba de terrible angustia, desesperado por el hermanito; esos tiempos ya pasaron. ¿Que se retira uno? Llegan diez, llegan veinte... Pues sí, cuando hay tanta gente, por gente no debemos pelear; ¡eso es claro! Todos están sometidos a la Ley del Péndu­lo: los que hoy se entusiasman por la Gnosis, mañana se desilusionan. Eso es normal, todos viven dentro de esa mecánica. Aprendí, entonces, a ver las dos caras de cada persona. ¿Se afilia alguien a la Gnosis? La ayudo y todo, pero estoy absolutamente se­guro que ese alguien no va a permanecer con nosotros toda la vida, que ese alguien no va a llegar a la estación final. Cómo lo sé por anti­cipado, pues estoy curado en salud. Me he colocado, exactamente, en el cen­tro del círculo mágico, para ver todo lo que en el círculo va pasando: cada circunstancia, cada persona, cada acontecer, cada suceso con sus dos caras, positiva y negativa. Si uno se sitúa en el centro y ve pasar todo a su alrededor, sin tomar partido por la parte positiva o por la negativa de cada cosa, pues se evita muchos desengaños, muchos sufrimientos. El error más grave en la vida es querer ver nada más que una cara de cualquier cuestión, una cara de una arista, una cara de una cir­cunstancia, una cara de un objeto cualquiera, una cara de un acontecer. Eso es grave, porque todo es doble. Cuando viene la parte ne­gativa, entonces siente uno que le clavan siete puñales en el corazón. Hay que aprender a vivir, mis amigos, hay que saber vivir, si es que ustedes quieren lle­gar lejos; no como muchos. Porque si ustedes únicamente ven una cara, nada más, no ven la antítesis, la otra cara, la fatal, tienen que pasar por muchos desengaños, por muchos de­sencantos, por muchos sufrimientos; terminan enfermos y al fin mueren. La pobre Blavatsky, por ejemplo, la mata­ron. ¿Quiénes la mataron? Todos sus calum­niadores y detractores y enemigos secretos y amigos, o esos que se dicen "amigos". Sencillamente la asesinaron; no con pistolas ni con cuchillos; no, no, no: hablaron mal de ella, la calumniaron públicamente, la traicionaron, etc., etc., etc., y "otras tantas hierbas". Conclusión: murió la pobre, llena de sufrimientos. Yo francamente, lo lamento mucho, pero ese gusto sí no se lo voy a dar a todos los hermanitos del Movimiento. Yo veo, en cada hermanito, dos caras. Un hermano que hoy está con nosotros, un hermanito que estudia nuestra doctrina, lo aprecio, lo amo, pero el día en que se retira, para mí es normal que se retire; más bien me extraño cuando alguien dura demasiado. Pero, para aprender esta horrible lección, tuve que sufrir fuertemente. Los primeros, sí, fue como si me clavaran un puñal en el cora­zón; ya, después, me volví como mejor, parece que me salió un callo en el corazón. De ma­nera que lo de la Blavatsky no lo voy a hacer, porque yo estoy mirando las dos caras de cual­quier cuestión; estoy en una tercera posición, en la posición en que está el corazón cuando se está preparando para su sístole. El está en estado de alerta, absorbiendo en sus profundidades, preparando, organi­zando, para luego recogerse, comprimirse y lanzar la sangre por el organismo. Mejor dicho, considero que mejor es estar uno en el centro de un círculo mágico, que en los extremos del péndulo. Ese centro, en el Oriente, en la China, especialmente, se llama el Tao. Tao es el trabajo esotérico gnóstico, Tao es el camino secreto, Tao es algo muy íntimo, Tao es el Ser. Cuando uno vive en el centro del círculo, pues no está metido dentro de ese jueguito mecánico de la Ley del Péndulo, no está sometido a las alternativas esas de angustia y de alegría, de triunfo y de fracaso, de ale­gría y de dolor, de optimismo y pesimismo, etc. No, se ha liberado de la Ley del Péndulo; eso es obvio. Pero, repito, hay que aprender a ver, cada cosa, en sus dos caras: positiva y negativa, y no identificarse ni con la una ni con la otra, porque ambas son pasajeras; todo pasa, en la vida, todo pasa. Dentro del mundo éste que podríamos llamar "intelectual", siempre se tiene como una cierta aversión a las opiniones. Porque tengo entendido que una opinión emitida, no es más que la exteriorización intelectiva de un concepto, con el temor de que otro sea el verdade­ro. Esto, naturalmente, acusa supina ignoran­cia; esto es grave, allí están las antítesis. Todavía no entiendo, no lo comprendo, por qué motivo cierta Pitonisa sagrada le dijo a Socrates que "había algo entre la sabiduría y la ignorancia", y que "ese algo era la opinión". Sinceramente, aunque sea muy sa­grada esa Pitonisa, no he podido aceptar su te­sis, porque la opinión, pues, viene de la personalidad y no del Ser. La personalidad, realmente, conduce a los seres humanos hacia la involución sumergida de los Mundos Infiernos. La personalidad, como les decía en cierta ocasión, tiene muchos trasfondos, es artificiosa, está formada por las costumbres que nos enseñaron, con esa falsa educación que recibimos en las escuelas y colegios, que nos separó del Ser, que no guarda ninguna relación con las distintas partes Ser. Esta personalidad es artificiosa. Como quiera que nos aleja de nuestro propio Ser interior profundo, obviamente nos conduce por un camino equivocado que nos lleva hacia la involución del Reino Mineral Sumergido. De manera que pienso (estoy pensando aquí en voz alta) que cuando uno no sabe algo, es preferible callarse antes que opinar, porque la opinión es el producto de la igno­rancia. Uno opina porque ignora: si no, no opinara. Uno emite un concepto, con temor de que otro sea el verdadero (vean ustedes ese dualismo de la mente); es terrible el batallar; ­a una opinión se le contrapone otra. En realidad, la personalidad se mueve den­tro de la Ley del Péndulo, vive en el mundo de las opiniones contrapuestas, de los conceptos antitéticos, del batallar de las antítesis. Entonces no sabe nada la personalidad, y la opinión es producto de la ignorancia. Si analizamos lo que es la personalidad, que es la que origina la opinión, llegamos a la conclusión de que la opinión es el resultado de la ignorancia. De manera que lo que esa Pitonisa le dijo a Socrates, parece equivocado. Le pregunta Socrates, también, a la Pitonisa (Divinus se llamaba la Pitonisa de Delfus) sobre el amor. Dice Socrates que "el amor es bello, inefable. sutil". La Pitonisa le contesta que propiamente, no es bello. Socrates le dice, asombrado le responde: "¿Acaso no es bello?, ¿entonces es feo?". La Pitonisa le dice: "¿No puedes ver si no lo feo, como si no existiera más que lo feo? ¿No puedes concebir que entre lo bello y lo feo hay algo diferente, algo distinto? El amor no es ni bello ni feo, es diferente y eso es todo"... Socrates, como era un sabio, tuvo que guardar silencio. Claro, como estoy pensando aquí en voz alta con ustedes, les invitaría a la reflexión. ¿Cómo han visto ustedes el amor? ¿Cómo lo han visto?; no como se lo han dicho que es, sino como ustedes lo han sentido: ¿bello o feo? ¿Alguno de ustedes me puede dar una respuesta? ¿Quién gustaría contestar? P.- Maestro, cuando se esta enamorado, pues es bello, y si uno recibe amor del ser que ama, pues es doblemente bello. R.- A ver... P.- Siempre se ha relacionado a la belleza con el amor y lo feo con la antíte­sis del amor. Son dos aspectos psicológicos que nuestras abuelitas, de niños, cuando nos hablaban de las Hadas, nos las pintaban así: por ser buenas, bellas, y cuando nos hablaban de los ogros, por ser malos, nos los pintaban feos. Entonces creo que está, el amor, mas allá de esos principios. R.- Están, pues, dadas dos res­puestas. Mas debe hacerse una diferencia entre lo que es bello y lo que es el amor. De manera que no está muy completa la cuestión. A ver si otro da una respuesta. A ver tú. P.- Presiento que el amor está más allá de ese par de opuestos, trasciende lo bello y lo feo, está más allá. R.- La respuesta está muy interesante. A ver, dime, hermano. P.- El amor es inefable, porque no es una cuestión intelectiva; es una emoción que podríamos llamar "sublime". R.- Esa respuesta está más tras­cendental. P.- Maestro, yo considero que el amor es indefinible; cuando uno siente amor, no se puede expresar con palabras. Maestro, yo diría que para nosotros es muy difícil decir si el amor es bello o feo, porque nosotros no conocemos el Amor. R.- Bueno, a ver, la última de las respuestas. P.- Pienso que como todo lo captamos desde el punto de vista de nuestra humana personalidad, todo es relativo, somos víctimas de las circunstancias y no profundiza­mos, entonces el amor se escapa a lo nuestro. Eso pertenece realmente al Ser, no a la huma­na personalidad. R.- Te hemos escuchado. ¿Quién más va a decir algo? P.- El amor es del Ser; la única razón del amor, es él mismo. R.- Está bien... En realidad de verdad que la Pitonisa aquella de Delfus, que habló a Socrates, insinuó prácticamente una verdad: el amor, está aún más allá de lo bello y de lo feo. ¿Que la belleza deviene del amor? Es otra cosa. Por ejemplo, cuando el Ego es disuelto, queda en nosotros la belleza interior, y de esa belleza deviene eso que se llama amor. De manera que, entonces, el amor, en sí mismo, está más allá de los conceptos que se tienen sobre la fealdad y sobre la belleza. No se puede definir, porque si se define, se desfi­gura. ¿Tendría entonces razón o no la Pito­nisa? Sí la tiene: está más allá de los concep­tos de fealdad y de belleza, aunque del amor devenga la belleza, resulte la belleza. Donde existe el verdadero amor, existe la belleza in­terior; eso es obvio. Así que, hermanos, entre la tesis y la antí­tesis siempre hay una síntesis que coordina y reconcilia los opuestos. Veamos esto. Sabemos que existe la gran batalla entre los poderes de la luz y los poderes de las tinieblas. En el mismo esperma sagrado, existe una lucha entre los poderes atómicos de la luz y los pode­res atómicos de las tinieblas. En todo lo crea­do, existe esa gran lucha; las columnas de An­geles y de Demonios se combaten mutuamente, en todos los rincones del Universo. Cuando uno no tiene todavía la Piedra Filosofal, ve como imposible la reconcilia­ción de los opuestos, luz y tinieblas dentro de uno mismo. Mas cuando uno logra la piedra de los filósofos, la piedra de la serpiente, a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios, en­tonces, mediante la misma, logra reconci­liar los opuestos, y los reconcilia en sí mismo, pues que reconoce que todo en la creación tiene doble cara. Y sólo mediante una tercera posición, es decir, sólo mediante el Tao (en el centro del círculo mágico), sólo mediante la síntesis, podemos reconciliar los opuestos dentro de no­sotros mismos; eso es obvio. Así que, se hace necesario que aprendamos a reconciliar los opuestos, se hace necesario que nos libertemos nosotros de la Ley del Péndulo y que vivamos mejor dentro de la Ley del Circulo. Uno se liberta de la Ley del Pén­dulo cuando se coloca en la Ley del Circu­lo, cuando se coloca en el Tao, que está en el centro del círculo mágico. Porque entonces, a su alrededor de uno, todo pasa; por todo el rededor de la Concien­cia de uno (que es un círculo, que es la Conciencia redonda de uno mismo), ve uno cómo pasan los distintos aconteceres, con sus dos caras; cosas, con sus dos posiciones, las circunstancias, etc., los triunfos y las de­rrotas el éxito y el fracaso. Todo tiene dos caras, y uno, ubicado en el centro, reconcilia los opuestos, ya no teme a un fracaso económico, ya no sería capaz de volarse la tapa de los sesos porque perdió su fortuna de la noche a la mañana, como han hecho muchos jugadores del Casino de Montecarlo: pierden su fortuna y se suicidan; ya no va a sufrir por las traiciones de sus amigos, se hace invulnerable al placer y al dolor. ¡Vean ustedes lo extraordinario, lo maravilloso! Pero si nosotros no aprendemos a vivir dentro del círculo, si no nos ubicamos exacta­mente en el Tao (punto central del círculo mágico), continuaremos como estamos: ex­puestos a la ley trágica y cambiante del pén­dulo, que es completamente mecanicista en un ciento por ciento, dolorosa. Así, mis queridos amigos, debemos aprender a vivir inteligentemente, conscientemente; eso es obvio. Desgraciadamente, toda la humanidad está sometida a la Ley del Péndulo. Miramos como la mente pasa de un lado a otro. ¡Eso es fatal! Yo he visto, pues, que no hay nadie, en realidad de verdad, que no esté sometido a la cuestión esa de las objeciones. Llegará alguno y nos dice alguna cosa, algu­na frase. ¿Qué es lo primero que se nos ocurre? ¡Objetar, poner tal o cual objeción! Es la Ley del Péndulo: "dime que yo te diré", "me de­rribas y yo te derribo después". Conclusión: dolor. ¡Vale más que no, eso es terrible! ¿Por qué tenemos que estar poniendo objeciones, hermanos? Me viene en este momento, a la mente, un caso interesante. Hace muchos pero muchísimos años, ha­llándome en el Mundo Astral, en Hod, en el Sephirote Hod, internado en ese Sephirot, hube de invocar a un Deiduso, Angel o Elohim, como ustedes quieran denominarlo, o Deva. Algo me dijo aquel Deiduso y de inmediato objeté y saqué a relucir la antítesis. En forma muy vulgar les diría a ustedes que le refuté. Yo esperaba que el Deiduso aquel discutiera conmigo también, mas no sucedió así. Aquella seidad me escuchó con infinito respeto y profunda veneración. Aduje muchísimos con­ceptos y cuando concluí (que pensaba que iba a tomar la palabra para rebatirme) con gran asombro vi que hizo este signo, se inclinó reverente, dio la espalda y se fue, dio media vuel­ta y se fue. Me dio una lección extraordinaria: no objetó nada. Obviamente, aquel Deiduso había pasado más allá de las objeciones. Sí, es indubita­ble que las objeciones pertenecen a la Ley del Péndulo. Mientras uno esté objetando, está sometido a la Ley del Péndulo. Todo el mundo tiene derecho a emitir sus opiniones, cada cual es libre de decir lo que quiera. Nosotros debemos, sencillamente, escuchar al que está hablando, con respeto. ¿Terminó de hablar? Nos retiramos... Claro, algunos no proceden así, o no proce­derán en esa forma. Por orgullo dirán: "Yo no me retiro, yo tengo que darle en la torre". He ahí el orgullo supino, intelectualoide. Si nosotros no eliminamos de sí mismos el Yo del orgullo, es obvio que tampoco lograremos jamás la liberación final. Lo mejor es que cada cual diga lo que tiene que decir y no le pongamos objeciones, porque cada cual es libre de decir lo que quiera, sencillamente. Pero uno siempre vive poniendo ob­jeciones: se las pone al interlocutor, y se las pone a sí mismo también. Claro, esto no significa que no exista el agra­do o el desagrado; es obvio que existe. Supon­gamos que a cualquiera de nosotros se nos pone a limpiar una pocilga, donde viven los cerdos, creo que éste no sería, precisamente, un tra­bajo muy agradable. Tendríamos derecho a que no nos pareciera agradable, pero una cosa es que no nos parezca agradable tal trabajo, y otra cosa muy di­ferente es que nosotros pongamos objeciones, que empecemos a protestar: "¡Qué porquería ésta, Dios mío; nunca creí que yo fuera a caer tan bajo! ¡Ay de mí, desgraciado de mí, etc., etc., limpiando una pocilga de cerdos! ¡En lo que vine a parar!" Bueno, con eso lo único que uno consigue es fortificar completamente, nuestros Yoes de la ira, del amor propio, del orgullo, etc. También está el caso de una persona que, en principio, nos desagrada: "¡Es que me cae tan gorda esa persona!" Pero una cosa es que nos desagrade, en principio, y otra cosa es que nosotros estemos poniendo objeciones, que es­temos protestando contra esa persona: "Pero es que tal persona me cae mal, esta persona es un problema", y que estemos buscando subter­fugios para apuñalarla, para eliminarla. Con las objeciones, lo único que conseguimos es multiplicar la antipatía en nosotros, robustecer el Yo del odio, robustecer el Yo del egoísmo, el Yo de la violencia, del orgullo, etc. ¿Cómo hacer, en este caso, en que una per­sona no nos es grata? Es que todos debemos conocernos a sí mismos, para ver por qué no nos es grata esa persona. Podría suceder que esa persona esté exhibiendo algunos de los defectos que nosotros poseemos. Uno tiene el Yo del amor propio adentro, y si alguien exhibe alguno de esos defectos in­teriores, pues obviamente, ese alguien nos cae mal. De manera que, en vez de nosotros estar poniendo objeciones sobre esa per­sona, protestando, riñendo, más bien debemos autoexplorarnos, para conocer cuál es ese elemento psíquico que cargamos interiormente y que origina esa antipatía. Pensemos que si nosotros descubrimos tal elemento y lo disolvemos, la antipatía cesa. Pero si nosotros, en vez de investigarnos a sí mismos, ponemos objeciones, protestamos, tronamos, relampagueamos contra ese alguien, robusteceremos el Ego, el Yo; eso es indubitable. Dentro del mundo del intelecto, no hay duda que siempre estamos poniendo objeciones. Esto produce la división intelectual: se divide la mente, entre tesis y antítesis, se convierte en un campo de batalla que destroza el cerebro. Observen ustedes cómo esas gentes que se dicen "intelectuales", están llenas de extrañas manías (algunos dejan el pelo alborotado, se rascan espantosamente, etc., hacen cincuen­ta mil payasadas); claro, producto de una mente más o menos deteriorada, destruida por el batallar de las antítesis. Si a todo concepto le ponemos nosotros una objeción, termina nuestra mente riñendo sola. Como consecuencia, vienen las enfermedades al cerebro, las anomalías psicológicas, los esta­dos depresivos de la mente, el nerviosismo, que destruye órganos muy delicados como los del hígado, corazón, páncreas, bazo, etc. Pero si nosotros aprendemos a no estar haciendo obje­ciones (sino que cada cual piense como le venga en gana, que cada cual diga lo que quie­ra), terminarán esas luchas dentro del inte­lecto, y en su reemplazo vendrá una paz ver­dadera. La mente de las pobres gentes, está riñendo a todas horas: riñe entre sí, espantosa­mente, y eso nos conduce por un camino muy peligroso, camino de enfermedades al cerebro, de enfermedades a todos los órganos, destruc­ción de la mente, muchas células son quemadas inútilmente. Hay que vivir en santa paz, sin poner objeciones; que cada cual diga lo que quiera y piense lo que le venga en gana. Nosotros no debemos poner objeciones, que así marcharemos como debe ser: conscientemente. Así que, hay que aprender a vivir. Desgraciadamente, no sabemos vivir, estamos metidos dentro de la Ley del Péndulo. Ahora que, sí, yo reconozco, aquí, platicando con ustedes, que no es cosa fácil no poner objeciones. Salimos nosotros de aquí, agarramos nuestro carrito; de pronto, más adelante, alguien nos rebasa por la derecha, se nos atraviesa. Bueno, si no decimos nada, por lo menos tocamos el claxon en señal de protesta. Aunque sea haciendo sonar el claxon, pero protestamos. Que alguien nos dice algo, en un momento en el que "abandonamos la guardia", y seguro que protestamos, ponemos ob­jeciones. Es muy difícil, espantosamente difí­cil, no poner objeciones. En el mundo oriental, esto se ha reflexionado profundamente, tam­bién en el mundo occidental. Yo creo que hay veces en que hay necesidad de apelar a un poder que sea superior al de nosotros, si es que queremos libertarnos de esa cuestión de las ob­jeciones. En cierta ocasión, en que iba un monje budista caminando, por allá por las tierras esas del mundo oriental, en un invierno espantoso, lleno de hielo y de nieve y de bestias salvajes. Claro, esto le proporcionaba sufrimientos al pobre monje, naturalmente protestaba, po­nía sus objeciones. Pero, tuvo suerte el pobre: cuando estaba desmayándose, en meditación se le aparece Amitaba, es decir, Amitaba, en reali­dad de verdad, es el Dios Interno de Gau­tama, el Buddha, Sakyamuni, y le entregó un mantram para que pudiera, pues, sostenerse fuerte y sin hacer objeciones; algo que le ayudase para no estar protestando, a cada rato, contra sí mismo, contra la nieve, contra el hie­lo, contra el mundo. Ese mantram es utilísi­mo: se los voy a vocalizar bien para que los graben en su memoria y para que quede gra­bado también en estas cintas que traen ustedes aquí, en sus grabadoras: GAAATEE, GAAATEE, GAAATEE. Mejor es que se los deletree: G-A-T-E. Ese mantram, tengo entendido que le permitió, a aquel monje budista, abrir el Ojo de Dag­ma, y eso es interesante. Se relaciona con la iluminación interior profunda y con el Vacío Iluminador. Hubo necesidad de esa ayuda, pues, porque no es tan fácil dejar de poner objeciones. Un momento que descuide uno la guardia y está poniéndole objeciones a todo: a la vida, al dinero, a la inflación, al frío, al calor, etc., etc., etc. Muchos protestan porque está hacien­do frío, protestan porque está haciendo calor, protestan porque no tienen dinero, protestan porque los picó un mosquito, por todo están protestando. Cuando uno, en realidad de verdad, vive siempre haciendo objeciones, se perjudica horriblemente, porque lo que ha ganado uno por un lado, disolviendo el Ego, por otro lado lo está destruyendo con las objeciones. Si uno está luchando por no sentir ira, pero está poniendo objeciones, pues obviamente vuelve y coge fuerza el demonio de la ira. ¿Que está haciendo uno la lucha terrible por eliminar el demonio del orgullo?, pero si pone objeciones a la mala situación, a esto o aquello, pues vuelve ­a fortificar ese demonio. ¿Que está haciendo uno esfuerzos para acabar con la abominable lujuria?, pero si pone objeciones en un instante dado; "que porque la mujer no quiere tener relaciones sexuales con él", o la mujer que "porque el hombre no la busca", y cincuenta mil objeciones así por el estilo, pues está fortificando el demonio de la lujuria. De manera de que si por un lado estamos luchando por eliminar los agregados psíqui­cos y por el otro lado los estamos fortificando, sencillamente nos estancamos. Así que, si ustedes quieren, en realidad de verdad, desintegrar los agregados psíqui­cos, tienen que terminar con esa cuestión de las objeciones. Si no proceden en esa forma, se estancan inevitablemente, no progresarán en modo alguno. Quiero pues que entiendan esto, mis estimables amigos, que lo comprendan de una vez. Bueno, hasta aquí por hoy la cátedra que hemos dado. Sin embargo, dejaremos abierta la puerta, para las preguntas que los hermanos tengan que hacer. A ver, habla, hermano. P.- Maestro: se dice que "el silencio es la elocuencia de la sabiduría". Muchas veces, se dice, "es tan malo callar cuando se debe hablar, como hablar cuando se debe callar". Y hay veces que es necesario hablar, tal vez en momentos de defensa, cuando lo están atacando, tal vez injustamente. Quisiera que me aclare, pues, este aspecto. R.- Uno tiene derecho a hablar, porque no es mudo ni nadie le ha cosido a uno la lengua. Pero lo que no es conveniente jamas, para nuestro propio bien, es estar haciendo objeciones, estar protestando, tronando y relampagueando porque está haciendo calor, porque está haciendo frío, disgustado con todo. Eso nos conduce, naturalmente, al fracaso. Necesitamos, repito, no hacer objeciones. Uno debe decir lo que tiene que decir: la verdad y nada más que la verdad, y dejar a los otros libertad para que opinen como les ven­ga en gana, porque cada cual es libre de decir lo que quiera. Si uno no procede así, si a todas horas está haciendo objeciones, destruye su mente, destruye su propio cerebro y se ocasio­na muchos daños a sí mismo. Además, fortifica el Ego en vez de disolverlo. ¿Hay alguna otra pregunta? P.- Hay personas que viven, muy pero muy convencidas de que, a un momento de alegría le sucede uno de tristeza. Es decir, se progra­man en ese sentido, no se colocan dentro del circulo protector. Evidentemente, a esas personas les sucede eso, pero de una manera infalible, matemática. Tanto es así, que no disfrutan de los momentos de alegría porque ya, fatalmente, está temiendo el momento de tris­teza. Quisiera que nos aclarara un poquito esto. R.- Esas personas se dan cuenta, realmente, que todo en la vida tiene dos caras, pero desafortunadamente no se colocan en el centro del círculo, no se colocan en el Tao. Cuan­do uno está en el Tao, sabe que ve pasar alre­dedor de sí mismo, alrededor de su propia Conciencia, dentro de sí mismo, todos los acontecimientos de la vida con sus dos caras, y sabe que son pasajeros. Obviamente, entonces no se identifica ni con una cara ni con la otra: reconcilia los opuestos, mediante la síntesis. Tengamos el caso de alguien, por ejemplo, está en una gran fiesta, muy contento, muy alegre. Empero, ese alguien sabe que a todo momento de alegría, le sucede uno de dolor. Mas si esa persona está ubicada en el centro, en el Tao, entonces reconcilia los opuestos dentro de sí mismo, en su propio Ser, en su propia Conciencia. Dice: "Sé que a toda alegría le sucede una tristeza, mas a mi nada de esto me afecta, porque todo es pasajero, todo pasa: las personas pasan, las cosas pasan, las ideas pasan, todo pasa"... Por lo tanto, puede perfectamente vivir ese acontecer, como debe ser. Una reflexión así, le permitirá a tal persona, estar en el evento sin preocupación alguna: está cons­ciente, sabe que está en un momento pasajero, no lo elude, lo entiende, conoce sus dos caras. Sencillamente, vive a conciencia. Al reflexionar una persona así, actúa en la misma forma en que actúa el corazón, cuando en el diástole se abre y recibe, acumula, organiza, elabora, para luego entrar en actividad con el sístole.
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

lunes, julio 23, 2007

EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD...

La sociedad es la extensión del individuo. Si el individuo es codicioso, cruel, despiadado, egoísta, etc., así será la sociedad. Es necesario ser sincero consigo mismo; cada uno de nosotros está degenerado y por lo tanto la sociedad tiene que ser degenerada inevitablemente. Esto no lo puede resolver el monstruo terrible del materialismo, esto sólo lo puede resolver el individuo a base de su revolución integral. Ha llegado la hora de reflexionar sobre nuestro propio destino. La violencia no resuelve nada. La violencia sólo puede conducirnos al fracaso. Necesitamos paz, serenidad, reflexión, comprensión. El problema del mundo es el problema del individuo. Las revoluciones de sangre no resuelven nada. Sólo mediante la inteligencia resolveremos el problema del embotellamiento de la conciencia. Sólo mediante la inteligencia podemos convertir al animal intelectual, primero en hombre, y después, en superhombre. Sólo con la Revolución de la Dialéctica podemos vencer al monstruo terrible del materialismo. La sociedad humana es la extensión del individuo. Si queremos realmente un cambio radical, si queremos un mundo mejor, necesitamos cambiar individualmente, cambiar dentro de nosotros mismos, alterar dentro de nuestra propia individualidad los abominables factores que en el mundo producen miseria y dolor. Recordemos que la masa es una suma de individuos. Si cada individuo cambia, la masa cambiará inevitablemente. Es urgente acabar con el egoísmo y cultivar el Cristocentrismo, sólo así podemos hacer un mundo mejor. Es indispensable eliminar la codicia y la crueldad que cada uno de nos lleva dentro. Sólo así, cambiando al individuo, cambiará la sociedad, porque ésta sólo es la extensión del individuo. Hay dolor, hay hambre, hay confusión, pero nada de esto se puede eliminar mediante los procedimientos absurdos de la violencia. Quienes quieren transformar el mundo a base de revoluciones de sangre y aguardiente, o con golpes de Estado y fusilamientos, están totalmente equivocados porque la violencia engendra más violencia y el odio más odio. Necesitamos paz si es que queremos resolver los problemas de la humanidad. No se deshacen las tinieblas a garrotazos y con ateísmo, sino trayendo la luz. Tampoco se deshace el error combatiendo cuerpo a cuerpo con él, sino difundiendo la verdad sin necesidad de atacar el error. Todo cuanto la verdad avance, todo eso el error habrá de retroceder. No hay que resistir a lo negativo, sino practicar lo positivo incondicionalmente y enseñar sus ventajas por la práctica. Atacando el error, provocaremos el odio de los que yerran. Lo que necesitamos es difundir la luz de la Revolución de la Dialéctica para disipar las tinieblas. Es urgente analizar los principios fundamentales de la dialéctica marxista y demostrarle al mundo la tremenda realidad de que éstos no resisten un análisis de fondo y que son pura sofistería barata. Hagamos luz si es que queremos vencer a las tinieblas. No derramemos sangre. Ha llegado la hora de ser comprensivos. Se hace necesario estudiar nuestro propio yo si es que realmente amamos a nuestros semejantes. Es indispensable comprender que sólo acabando con los factores del egoísmo y la crueldad que cada uno de nosotros carga dentro, podemos hacer un mundo mejor, un mundo sin hambre y sin temor. La sociedad es el individuo. El mundo es el individuo. Si el individuo cambia fundamentalmente, el mundo cambiará inevitablemente. La conciencia está en grave peligro y sólo transformándonos radicalmente como individuos, podemos salvarnos y salvar a la humanidad.
"La Revolucion De La Dialectica"...
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

UNA APUESTA CON EL DIABLO...

Napoleón hubiera sucumbido contra el Diablo. Una cosa es estar en el campo de batalla contra otros machos y otra cosa es la lidia contra uno mismo. El Satán es un enemigo de oro, y es muy útil. El Diablo es escalera para bajar y es también escalera para subir. Los Doce Trabajos de Hércules son con el Diablo. El pacto con el Diablo es la misma apuesta y el triunfo, es la capacidad de fabricar el oro. La fuerza eléctrica es la cruz en movimiento o swástica, es el movimiento continuo. La electricidad trascendente que gira como un torbellino me ha servido para formar el Movimiento Gnóstico. La cruz en los profanos y profanadores no es una swástica porque terminada la cópula química termina el movimiento. En cambio, en la cruz gnóstica, no termina el movimiento porque continúa la electricidad transmutándose. Lo normal en el trabajo sexual debe ser como mínimo una hora. En la India se mide el grado de cultura de acuerdo al tiempo que se realice la cópula química; el que dure tres horas es respetado y es un "señor". La swástica en movimiento genera la electricidad sexual trascendente. Hitler entendió sobre estas cosas y por eso tomó la swástica como símbolo de su Partido. El "Hombre de los guantes verdes" perteneció al klan de los dag dupas. Hitler se dejó marear por este hombre y fue enseñado a cristalizar todo negativamente. Cuando Von Litz capituló, en Lhassa, los monjes de los dag dupas se lanzaron a las calles, celebrando la capitulación de Berlín. La Segunda Guerra Mundial fue un duelo entre las enseñanzas de Gurdieff y la de los dag dupas. Este duelo fue importado del Tibet y fue una verdadera lucha entre los magos blancos y negros del Tibet.
"La Revolucion De La Dialectica"...
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

EL AVATARA...

Los Avataras no se pueden olvidar de la cuestión social, por eso es que Quetzalcoatl se manifestó en dos aspectos: social y psicológico. En mi caso personal me he preocupado de estos dos aspectos: los problemas humanos, orientados a solucionarse por medio de la revolución de la conciencia de una manera dialéctica; y los problemas del capital y el trabajo, encaminados a solucionarse mediante el POSCLA*. Experiencia: "Le entregaron un asta que simbolizaba los problemas, le hicieron entrar a un Santuario secreto y encontró en ese Santuario al Patriarca San Agustín. El Patriarca tomó del librero un voluminoso libro y le dijo: Voy a enseñarte un mantram para avivar el fuego. Abrió el libro... Encendió un braserillo... Pronunció el mantram M y el fuego se avivó. Cuando salió aprendió a cantar el mantram para avivar la llama. El Patriarca San Agustín volvió ante el Ara del Templo revestido con las vestiduras sacerdotales y el Maestro Samael también... Pusieron una sartén en su mano derecha... como diciendo: ¡Tú tienes la sartén agarrada por el mango! Hicieron una gran cadena... -Nosotros te acompañaremos formando toda esta gran lucha. Así que la Blanca Hermandad lo acompaña..." Desgraciadamente, los hermanitos gnósticos no han estudiado, no han vivido mi enseñanza que durante tantos años he entregado para darles la liberación psicológica y ellos mismos han querido sabotear la Gran Obra de la Blanca Hermandad... Al entregar las claves de la Psicología Revolucionaria y del Poscla, no queremos escalar posiciones ni vivir del presupuesto nacional, lo único que queremos es ser útiles a la humanidad, servir dando pautas psicológicas que yo mismo he experimentado para que el animal intelectual logre la Revolución Integral... La misión de un Avatara no es solamente cuestión religiosa sino que abarca la cuestión política y psicológica de las naciones.
"La Revolucion De La Dialectica"...
VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

V.M.Samael Aun Weor.

V.M.Samael Aun Weor.
“Buddha Maitreya Kalki Avatara de la Nueva Era de Acuario”.